domingo, 22 de febrero de 2009

Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Hacia el 29 aniversario de su martirio



Marco Tulio López
Sacerdote diocesano
eusebio23112000@yahoo.com

Eran las 6:25 de la tarde del día lunes 24 de Marzo de 1980, y mientras celebraba la santa Misa en la capilla del hospital la Divina Providencia (San Salvador), Mons. Oscar Arnulfo Romero, fue abatido por un criminal con un certero disparo que le arrebató inmediatamente su último suspiro en esta tierra.

El próximo 24 de Marzo se cumplirán veintinueve años del asesinato de Mons. Romero, y como es importante no olvidar nuestra historia, queremos preguntarle: ¿Qué sabe usted de Mons. Romero? ¿Sabe que muchas personas en otros países le llaman “san Romero”, y que en nuestro país en cambio, todavía mucha gente sigue pensando que él fue un político y que por eso lo asesinaron?

De Mons. Romero se puede decir perfectamente lo que se dijo de Jesús: “Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción” (Lc 2,34). Y Mons. Romero era totalmente consciente de esta realidad, cuando dice de sí mismo: “Para unos, soy el causante de todos los males (en nuestro país) como un monstruo de maldad; para otros, gracias a Dios, para el pueblo sencillo, sobre todo, soy el pastor” (Mons. Oscar A. Romero, Su Diario, p. 13).

Hay algunas preguntas fundamentales con relación a la figura de Mons. Romero, algunas de ellas son estas: ¿Quién o quienes lo asesinaron? ¿Por qué lo asesinaron? ¿Es cierto que Mons. Romero fue partidario de la guerrilla y contrario a la Derecha salvadoreña?

Comencemos respondiendo a la primera interrogante, ¿Por qué lo asesinaron? Y decimos con Mons. Romero: “Se mata porque se estorba” (Día a día con Mons. Romero, p. 262). De él estorbó su pensamiento, su predicación misma fue considerada por algunos como “subversiva y violenta” (Su Diario, p. 6). Así como de Jesús muchos dijeron que él era “un alborotador del pueblo” (Lc 23, 14), también de Romero, en el caso salvadoreño, se dijeron cosas muy parecidas, y por eso asesinaron también al arzobispo.

Es importante que veamos lo siguiente: quiénes asesinaron a Mons. Romero ¿lo habrían asesinado si él hubiera vivido su ministerio episcopal de espaldas a la realidad salvadoreña a nivel social, eclesial, político y económico de aquel momento histórico? Creemos que no, pero también es cierto que si él no hubiera actuado como actuó, no hubiera sido totalmente fiel a su ministerio de pastor y profeta en la porción del pueblo de Dios que le había sido encomendado por la Iglesia.

Pero ¿es cierto que Mons. Romero fue partidario de la guerrilla, y contrario a la Derecha Salvadoreña? Desgraciadamente, todavía sigue existiendo muchas personas con esta clase de pensamiento en nuestro país, pero quienes consideren esa idea como verdadera, deben demostrar cuándo y en dónde este arzobispo “pastor celoso y venerado” (cfr. Homilía del Papa Juan Pablo II, 3 de Marzo de 1980) invitó al pueblo salvadoreño a que tomara las armas y emprendiera la guerra . Lo que sí dijo Mons. Romero es: “No puedo predicar nunca la violencia, ni el odio, ni la guerrilla” (Homilía del 4 de Marzo de 1980).

Algunos opinan que Mons. Romero estaba en contra de la Fuerza Armada y del Gobierno salvadoreño, porque “en sus homilías juzgaba los hechos de la semana a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia- y siempre- llamó a la conversión y al diálogo para solucionar los problemas del país” (Mons. Romero, Su Vida, su Testimonio y su palabra, p. 14, 1999). Pero eso, era lo que le correspondía hacer en su calidad de pastor del pueblo de Dios, por tanto, ninguna persona medianamente informada y con recta intención, puede afirmar que este arzobispo fue partidario de la izquierda y enemigo de la derecha salvadoreña.

Pero de lo que muchos prefieren mejor no hablar en El Salvador es sobre quién o quiénes asesinaron a Mons. Romero. El evangelio nos cuenta que después que mataron a Jesús, sus discípulos se “encerraron por miedo a los judíos” (Jn 20, 19). Pero su actitud cambió radicalmente cuando descendió sobre ellos el Espíritu Santo; entonces ya no tuvieron miedo de proclamar la verdad diciéndoles a los responsables de la muerte del Señor, no por odio sino por justicia a la verdad: “¡Vosotros les matasteis clavándole en la cruz por manos de lo impíos!” (Hechos 2, 23).

Ahora nos preguntamos nosotros ¿Por qué se ha silenciado la verdad sobre el asesinato de Mons. Romero? ¿Por qué los mismos pastores de la Iglesia Católica en El Salvador han preferido mejor no hablar públicamente de este hecho? Creo que si los Doce apóstoles hubieran sido salvadoreños, no hubiéramos conocido quiénes fueron los autores intelectuales y materiales de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo, porque hubieran tenido miedo decirlo, como se ha tenido miedo decir con claridad por qué y quiénes asesinaron a Mons. Romero.

Es fácil escudarse en amnistías y acuerdos políticos, y decir que estamos construyendo un país en paz y armonía, pero eso ¡no es totalmente verdad! Porque la autentica armonía y la verdadera paz, solo puede construirse en la verdad y la reconciliación, y la reconciliación solo es posible si se tiene el valor de aceptar la verdad de los hechos y sus consecuencias.

Para responder a la pregunta de quién o quiénes asesinaron a Mons. Romero, transcribimos aquí lo que nos dice el Informe de la Comisión de la Verdad para El Salvador: “La comisión concluye lo siguiente: El ex – Mayor Roberto D’Aubuisson dio la orden de asesinar al Arzobispo y dio instrucciones precisas a miembros de su entorno de seguridad, actuando como “escuadrón de la muerte”, de organizar y supervisar el asesinato. Los capitanes Álvaro Saravia y Eduardo Ávila, tuvieron una participación activa en la planificación y conducta del asesinato, así como Fernando Sagrera y Mario Molina…” (Eca 533, pp. 269-270; Marzo 1993).

Con lo anterior, no pretendemos condenar a nadie, sino únicamente que se conozca lo que esta Comisión concluyó con relación al asesinato de Mons. Romero. Realidad que algunos quisieran esconder, pero que nunca les será posible, porque la sangre de este hombre de Dios, nos seguirá gritando a todos como la de Abel.

Eso sí, a las personas como Mons. Romero, no es suficiente únicamente con hablar de ellos, sino que, además, se convierte en una necesidad el imitarles en su Amor a Dios, al prójimo, a la Iglesia, y a la patria. Ese es ahora el reto para todos los hombres y mujeres que creemos en los ideales por los que Mons. Romero vivió, trabajó y murió.

jueves, 19 de febrero de 2009

Nuevas ordenaciones sacerdotales





REDACCIÓN SERVIDORES

El día 07 de febrero de 2009, a las 3:00 p.m., en la Catedral Metropolitana de San Salvador, Mons. Sáenz Lacalle, en vísperas de su entrada en la condición de emérito de la sede metropolitana, ordenó a 6 nuevos sacerdotes, que vienen a reforzar el trabajo evangelizador de la iglesia salvadoreña.

Los nombres de los nuevos sacerdotes son:

1. José Wilfredo Vásquez (Popotlán, Apopa, San Salvador)
2. Carlos Mauricio Chavarría (Santa Tecla, La Libertad)
3. José Filadelfo Pérez Sorto (Santa Tecla, La Libertas)
4. Jerónimo Francisco Cucufate Portillo (Guazapa, San Salvador)
5. José Antonio Ventura Ramírez (San Rafael Cedros, Cuscatlán)
6. Francisco Góngora (Apastepeque, San Vicente)

Muchas felicidades a todos ellos, les deseamos lo mejor, que nunca les falte la asistencia del Espíritu Santo, que la Virgen María los proteja, que el ejemplo de Mons. Romero inspire profundamente su ministerio. Para que afronten con seriedad los desafíos del mundo contemporáneo.

Gracias al Dios de la Vida por este regalo.

¡Adelante, queridos sacerdotes!

sábado, 14 de febrero de 2009

La homilía programática de Mons. José Luis Escobar

REDACCIÓN SERVIDORES



1. PREMISA
No cabe duda que la elección del arzobispo de San Salvador, siendo la única sede arzobispal del país, tiene relevancia, no sólo en el área metropolitana, sino en todo El Salvador.
Presentamos a continuación algunas de la ideas expresadas por el nuevo arzobispo.


En algún modo, el primer discurso de un arzobispo manifiesta cuál es su punto de partida, aunque se tenga que esperar la evolución de su episcopado para verificar sus verdaderas y reales prioridades y los ejes propuestos por el arzobispo en carga. Por tanto, la objetividad nos impone tener presente, por una parte, los contenidos de su primera homilía, y, por otra parte, su gestión como obispo de San Vicente, para saber si efectivamente todo lo que está diciendo ha sido ya viable en la etapa anterior de su episcopado.

2. RESUMEN DE LA HOMILÍA

a) Los aplausos como “termómetro popular”
Como dato sintomático, al hacer el elenco de los obispos y arzobispos que lo han precedido, un aplauso muy sentido lo hizo el pueblo al referirse a Mons. Romero, el arzobispo asesinado el 24 de marzo de 1980. También aplaudieron a otros. El aplauso prodigado a Mons. Sáenz, no obstante la observación sobre su “inmensa acción pastoral”, aludida por Mons. Escobar, fue más bien modesto, inferior en intensidad al que el pueblo ofreció a Rivera y Damas.

b) Romero “mártir”
Un dato significativo es el hecho que Mons. Escobar llamara a Mons. Romero con el título de mártir. A un obispo, y a todo teólogo o perito en derecho canónico no escapa el particular que el derecho canónico distingue entre el “testigo de la fe” y el “mártir”. “Testigo de la fe” es llamado a uno que de hecho ha muerto por la fe o por alguna de las virtudes fundamentales cristianas. Sin embargo “mártir” se llama a uno que no sólo ha muerto de hecho, sino que además tiene, de derecho, el reconocimiento de la iglesia en sus cánones. Es el pueblo el que inicia a llamar “mártires” a los “testigos de la fe”, y a partir de esa experiencia eclesial es que la iglesia inicia las investigaciones para declarar mártir a alguno. En todo caso, de Romero dijo Escobar: “mártir, quien tuvo la dicha de unir su sangre a la de Cristo durante la celebración de la santísima eucaristía”, y al cual se encomienda, en cuanto que “desde el cielo nos ve, acompaña y bendice...”. ¿Está convencido el nuevo arzobispo que Romero es un mártir o lo dice sólo para ganarse al auditorium?

c) Los ejes y la prioridades de su episcopado
Mons. Escobar sostiene que los ejes de su episcopado serán: AMOR A LA EUCARISTÍA, AMOR A LA VIRGEN MARÍA, AMOR A LOS POBRES. Vividos en el contexto del Nuevo Milenio, respondiendo a los desafíos que presenta, afrontándolos a partir del espíritu pastoral recogido en la Conferencia de Aparecida (CELAM) y que tiene como prioridad llevar adelante la misión continental. Serán sus puntos de referencia: LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA y LOS MENSAJES DE LA CEDES (Conferencia Episcopal de El Salvador).

Dijo que tenderá su mano, en servicio generoso, a los que viven en el país, como a los que viven en el exterior.

Prometió atender en modo especial a los sacerdotes y trabajar con ellos hombro con hombro.

Habló de la necesidad urgente de ayudar a nuestros hermanos más pobres de una manera “afectiva y efectiva”. Si nuestra fe es verdadera, dijo, nos debe llevar a obrar el bien y a ser sensibles a las necesidades de nuestro hermanos. Y dado que Jesús vive en los pobres, al auxiliarlos a ellos, es a Cristo al que estamos ayudando.

d) Su primera denuncia profética
El nuevo arzobispo hace su primera denuncia profética. Pide al gobierno en carga y al que venga después del 15 de marzo, sea del partido que sea, que se suspenda la explotación de la minas en El Salvador. Un aplauso muy sentido, pues se trata de uno de los puntos más contestados por la opinión pública salvadoreña al Estado. Un pueblo tan pequeño y tan sufrido, como el nuestro, dijo, no es posible que tenga que sufrir también de esa manera.

e) En sus agradecimientos
Al gobierno actual, por la construcción del MEGATEC (desvío de Sensuntepeque-Ilobasco), un centro de estudios superiores, dependiente de la Universidad Católica del Occidente del país.

Insta a los gobiernos, del partido que fuera, a promover la justicia social, a combatir la pobreza y a elaborar un plan de nación que garantice el desarrollo del país.

3. OBSERVACIONES CRÍTICAS


Es importante hacer algunas observaciones críticas al discurso programático del nuevo arzobispo.

En primer lugar, en su consagración episcopal como obispo de San Vicente también citó a Mons. Romero en modo positivo, como lo ha hecho esta vez. Pero, es un dato probado que prohibió a los sacerdotes de San Vicente el que se realizaran actividades en las parroquias en favor de Romero, incluso que se tuvieran imágenes de él en las parroquias. De modo que no nos queda claro este doble comportamiento del nuevo arzobispo.

También en San Vicente dijo que su prioridad serían los sacerdotes, pero los datos de sacerdotes expulsados, suspedidos y dejados sin cargos en esa diócesis no es pequeña.

Dice que su ministerio se realizará en el espíritu de Aparecida, centrándose, en modo particular, en la “misión continental”. En San Vicente, por cuanto sabemos, no impulsó ningún tipo de programa evangelizador serio, ni puso algún especialista en la materia como profesor en su seminario mayor.

4. CONCLUSIÓN
Sobre todo nos alegramos que nuestro querido San Salvador tenga ya su nuevo arzobispo y que sea un arzobispo salvadoreño. Mons. José Luis tiene la oportunidad de influir positivamente en la reconciliación de nuestro país. Para una misión tan grande y tan compleja se requiere una profunda humildad y, sobre todo, el dejarse guiar por el Espíritu Santo. Dejarse guiar por el Espíritu, significa escuchar su voz en la de los pobres, manifestar el amor de Dios no sólo con los dicursos, sino con las acciones. Las prioridades y los ejes de la homilía de Mons. José Luis son muy valiosos, queda esperar su “efectiva y afectiva” realización.


lunes, 9 de febrero de 2009

San Salvador estrena arzobispo















REDACCIÓN SERVIDORES
El próximo 14 de febrero tomará posesión de la arquidiócesis de San Salvador Mons. José Luis Escobar Alas, que en los últimos tres años ha sido obispo de la diócesis de San Vicente. Por el peso que tiene la figura del arzobispo en un país tan pequeño como el nuestro, el evento adquiere una particular relevancia.

Este domingo 8 de febrero recién pasado, Mons. Sáenz se despidió en modo oficial de su feligresía. Dirigió sus agradecimientos a Mons. Rosa Chávez, del cual dijo: “ha sido muy paciente conmigo. Su dedicación a la iglesia me inspira”.

No es difícil, para quien está familiarizado con la historia de la arquidiócesis, entender que sus arzobispos, desde la transisión del Vaticano II, han sido muy sensibles a las cuestiones sociales, es decir, abiertos a escuchar la voz del pueblo más sufrido. Ejemplos paradigmáticos de ello fueron Mons. Luis Chávez y González y Mons. Romero, con frecuencia acusados por las organizaciones de la extrema derecha, particularmente FARO y ORDEN, de ser “comunistas”.

Hasta Mons. Rivera Damas, obispo muy empeñado en el diálogo por la paz, esa línea de opción por los pobres se mantiene en sus contornos fundamentales.

Pero, como ha declarado Mons. José Luis en una de sus primeras entrevistas televisivas, “cada obispo tiene su estilo” y ello da la pauta para preguntarse cuál ha sido el “estilo” de Mons. Sáenz y cuál podría ser el de Mons. José Luis.

El clero, como es normal, conoce a sus colegas y a sus obispos, pero, en este sentido también el pueblo es un formidable termómetro para identificar el grado de profetismo y testimonio evangélicos de sus pastores.

Con Mons. Sáenz, miembro de la Prelatura Personal del Opus Dei, se inició una forma de episcopado que afirma la autonomía de la iglesia respecto de la política, al punto de afirmar que “la iglesia no interviene en política” (léase la entrevista del Diario de Hoy publicada en este blog). Ahora bien, ¿Se ha cumplido realmente esa distinción entre iglesia y política? Para ello es mejor escuchar la voz del pueblo, que también tiene sus propios puntos de vista al respecto, y, por otra parte, sobre estas cosas la historia no perdona a nadie.

Mons. Escobar ha sido por tres años obispo ordinario de San Vicente, de modo que el presbiterio de esa diócesis sabe el tipo de pastor que es el nuevo arzobispo. Mons. Escobar ha llegado a la sede metropolitana en tiempo record, sobre todo si se toma en cuenta que las sedes metropolitanas normalmente son asignadas en otros países con aguda meticulosidad. La experiencia en San Vicente habla de aquello de lo que Mons. José Luis ha sido capaz; diversamente, su experiencia en San Salvador pondrá a prueba no solo lo que de él conocemos, sino aquellas cualidades suyas que no nos ha mostrado, porque en San Salvador ciertamente le serán muy necesarias.

¿Y Mons. Rosa Chávez? ¿Por cuáles motivos no lo nombran obispo ordinario de alguna diócesis? ¿No es competente? ¿Es víctima también él, como toda la sociedad salvadoreña, del temor al "comunismo" difundido por la derecha? !Interesantes preguntas! Materia pendiente, amigos y amigas.

Todo evento importante, de esos que la teología llama “signos de los tiempos”, impone un ritmo y una medida a la historia y a la fe. Después de Mons. Romero, todo arzobispo que venga a ocupar la sede que él ocupó, hará las cuentas con ese alto nivel de profetismo y de opción concreta por los pobres que caracterizó su episcopado.

Mientras tanto, la iglesia sigue su curso sacramental, que la pone en un estado de “precariedad institucional”, como dice el teólogo Christian Duquoc, “entre el esplendor del Reino y la oscuridad de la historia”. Entre su forma institucional y sus carismas. Entre el servir o el ser servida.

El nuevo arzobispo, como ya le sucedió a Romero en 1977, entra en funciones en tiempos de elecciones presidenciales, de alta tensión y descontento social. Después de 20 años de gobiernos del derechista partido ARENA, el pueblo pide un cambio. En 1977 el PCN y los militares atacaron a Romero acusándolo de favorecer el comunismo e incluso hablaron, en modo anticipado, de un posible enfrentamiento sangriento si ellos, el PCN, perdía las elecciones. Pero, el PCN, en modo fraudulento, se impuso a la voluntad popular, conformada en la Unión Opositora (UNO). Hoy, por lo que parece, la derecha -entiéndase principalmente ARENA, el PCN y el PDC- no atacará al nuevo arzobispo, y menos el PCN, aunque ya traicionó al evangélico Chévez, su propio candidato presidencial.
De todos modos, Mons. José Luis ha hablado ya de lo positivo que es la alternancia en el poder en los gobiernos democráticos. De su competencia en la labor pastoral y evangelizadora dejarán constancia los hechos ("Por sus frutos los conoceréis", Mateo 7,16).
En todo caso, le deseamos una buena gestión como arzobispo y que el Espíritu Santo “sople” con fuerza. El pueblo salvadoreño se merece un buen arzobispo. Si no es santo ni sabio, por lo menos que se deje asesorar y, por supuesto, que tenga el temple de decir la verdad y que no se venda al político de turno.

La cosecha de Sáenz Lacalle (La entrevista al Diario de Hoy)


Sábado, 7 de Febrero de 2009

El templo donde asumió el título de arzobispo metropolitano no era la sombra de lo que es hoy. Él lo recuerda: "La cúpula no estaba pintada, no había ventanas, no había suelo, ni pavimento. Estaba solamente como el cascarón".
El estado de la catedral, con severos daños estructurales a causa del terremoto de 1986, no importó para que aquel 13 de mayo de 1995, integrantes del gobierno presidido por Armando Calderón Sol, diplomáticos y fieles de todas las condiciones sociales abarrotaran un templo gris e inconcluso.
A 14 años de aquella ceremonia, sin considerar concluida la catedral, el arzobispo saliente de San Salvador conversó con El Diario de Hoy acerca de lo que podría ser el legado de su episcopado.

EDH: ¿Cuáles fueron los tres objetivos más urgentes que se trazó al iniciar su gestión como arzobispo en San Salvador?

Lógicamente, al comenzar mi gestión no podía trazarme tres objetivos para todo un episcopado que no sabía cuánto iba a durar. Pero a lo largo de estos 14 años me he ido convenciendo que tenemos tres grandes retos y tres grandes horizontes: desarrollar muy bien la pastoral familiar, desarrollar con mucha eficacia la pastoral juvenil y poner mucho empeño en la pastoral vocacional.

Si fortalecemos la familia estamos fortaleciendo toda la vida social del país. Pero hace falta poner especial empeño en los jóvenes, puesto que son el grupo humano más sometido a presiones y que, quizá, a veces les falta suficiente energía para poder enfrentarse a estas presiones. Por lo tanto hay que apoyarlos muchísimo. Pero no podemos olvidar que la Iglesia Católica necesita abundancia de sacerdotes que puedan prestar los servicios de administrar los sacramentos de dar doctrina abundante de acuerdo con la ley de Dios... Como el trabajo es inmenso, el tercer objetivo es la pastoral vocacional.

EDH: En estos 14 años ¿cuántos presbíteros se han ordenado? ¿Cuántos jóvenes están ahora en los seminarios?

Gracias a Dios ha sido abundante el número de ordenaciones. Creo que son 115 nuevos sacerdotes y 97 seminaristas de la arquidiócesis (entre el seminario San José de la Montaña y el seminario Redemptoris Mater). En concreto, el 7 de febrero se ordenan seis sacerdotes más. Con estos se pasa de 115.

EDH: ¿Ha sido buena la cosecha?

Sí, gracias a Dios, pero hay que pedir oraciones por los sacerdotes y por la vocación de estos muchachos.

EDH: ¿Cuál fue el cambio más importantes al iniciar su episcopado?

Pues el cambio más importante es que ya había un nuevo arzobispo meses después del fallecimiento de monseñor (Arturo) Rivera —el 2 de noviembre de 1994—. La toma de posesión fue el 13 de mayo de 1995. Monseñor Rosa Chávez estuvo al frente de la arquidiócesis 6 meses. Este fue un cambio de persona. Pero no ha habido ninguna catástrofe ni terremoto en la administración de la arquidiócesis. Ha habido un cambio paulatino en función de las circunstancias: de mayor número de sacerdotes, de colaboración de muchos laicos, etc. Pero no podría decir que hubo un cambio radical, sino que ha sido una evolución paulatina.

EDH: Pero sí hubo cambios en el trabajo de Tutela Legal y en el contenido del semanario Orientación. ¿O no?

Fundamentalmente no. Tutela legal sigue funcionando en el piso de abajo. Las mismas personas que estaban hace 14 años están ahora también. María Julia (Hernández) falleció en este tiempo. Los mismos organismos de ayuda que apoyaban a Tutela Legal lo siguen haciendo, por tanto, no veo que haya habido un cambio radical en Tutela Legal ni me he metido a modificarlo, sino que ha ido paulatinamente viviendo su trabajo. Con respecto a Orientación, antes publicaban las homilías de monseñor Rivera y luego las mías, hasta el momento en que les digo que no vale la pena publicarlas porque ya se transmiten por radio. Pero siempre se publica un mensaje mío, un comentario semanal y tenemos cada semana el encuentro con los periodistas. Fundamentalmente se lleva el mismo esquema.

EDH: Durante su primer misa como arzobispo recomendó a los periodista que "salieran de las enaguas de los obispos". ¿Cómo evolucionó esa relación con los periodistas?

Quizá El Diario de Hoy destacó mucho una frase quizá no tan feliz. Pero que tenía una razón de ser. Quería decir que el obispo no tiene que ser el intérprete de todos los acontecimientos del país y del mundo. Sino que tiene su especialidad que consiste en la aplicación del Evangelio a las circunstancias concretas del país y de las personas. Desde luego cuando me han hecho preguntas de tipo político nunca las he contestado, simple y sencillamente, cada ciudadano tiene su propio criterio. Cuando se plantea la aplicación de la moral cristiana o de la ley natural a las situaciones del país o del mundo pues con mucho gusto lo hago continuamente. Por lo tanto, aunque no haya sido muy oportuna creo que (la frase) sirvió para decir: "No tengo porqué estarme metiendo en la tarea de ustedes que son los responsables de hacer los comentarios de las diversas situaciones del mundo".

EDH: Al ver abiertas las puertas de la catedral, los católicos han tenido la impresión de que el edificio ya fue terminado. ¿Qué tanto avanzó la construcción del templo estos años?

Si revisa las fotos de la toma de posesión en catedral, verá que en el presbiterio había unos arcos, una especie de monumento colocado en el centro. La cúpula no estaba pintada, no había ventanas, no había suelo, ni pavimento. Estaba solamente como el cascarón. Incluso la estructura estaba dañada severamente por el terremoto.

Por lo tanto, después de la toma de posesión sentí como un verdadero clamor popular que me decían "Monseñor, ¡la catedral!". Era un deber tremendo, porque es un edificio que tiene una gran importancia, que tiene que tener una dignidad acorde con su función y desde luego son unos millones los que había que invertir.

Por eso pedí ayuda a un empresario con mucha sensibilidad social, al que administré el sacramento del matrimonio. Le pedí que organizara un grupo de empresarios para formar la Fundación Catedral. Ellos consiguieron fondos, hubo también fondos del Gobierno del presidente Calderón Sol, un millón de colones.

Además, yo tenía que estar en Roma el 29 de junio (de 1995) día en que el Santo Padre entrega el palio a los arzobispos metropolitanos. Entonces, de regreso conseguí hacer contacto con un arquitecto que había trabajado en la restauración del presbiterio en la catedral de Pamplona. Le pedí que viniese para estar aquí el 6 de agosto para que viese las celebraciones del Divino Salvador del Mundo y se diese cuenta cómo era el sentimiento de la gente, que se diera cuenta cómo estaba la catedral e hiciese un proyecto para la reparación de los daños del terremoto, después la reconstrucción y la ornamentación. Pero quedan todavía muchas cosas por hacer.

EDH: ¿Qué es lo que queda por hacer?

Por hacer, falta poner un zócalo de piedra en las paredes. Gracias a Dios, hace poco se terminó la construcción de todas las bancas necesarias. Se necesita también todo el propio edificio de las torres por dentro, incluso arriba, las cúpulas. Y, sobre todo, en el presbiterio, falta el baldaquino: cuatro grandes columnas a los lados del altar con una especie de cúpula arriba. Arriba de esa cúpula se colocará la imagen del Divino Salvador del Mundo y éste quedará al centro del gran espacio del presbiterio. O sea que queda mucho por hacer, por lo tanto, invito a todos los salvadoreños a seguir contribuyendo con aportaciones para la buena marcha de la construcción de catedral que seguirá adelante con el obispo que me suceda.

EDH: En 1996 denunció que la propuesta de Código Penal que estaba por aprobarse incluía un artículo que permitiría el aborto terapéutico. Finalmente se estableció en la Constitución que la vida empieza desde el momento de la concepción ¿Considera esto la herencia más importante que va a dejar como arzobispo? ¿por qué?

En primer lugar, pienso que no es una gestión mía, sino que se organizó la Asociación Pro Vida, que todavía está funcionando y se recogieron cientos de miles de firmas. Por lo tanto una expresión de todo el sentimiento salvadoreño de acuerdo con la ley natural. ¡Nadie tiene derecho de asesinar a un niño inocente! Aunque tenga pocos meses de vida en el seno de una madre. Hay que defender el derecho a la vida. Porque esto conlleva también una madurez y una responsabilidad en todos los campos de la existencia. Es muy difícil que con una legislación permisiva con el aborto pueda haber respeto a los demás. Sino que lo que predomina es "la menor molestia para uno". Entonces la persona está dispuesta a quitar del camino todo lo que le estorbe, lo que no le guste, lo que le signifique una dificultad para su placer o para su gusto. Entonces predomina el egoísmo bestial. Al contrario, aplicando la ley natural se humaniza la sociedad entera.

EDH: Al principio dijo que no hablaría solo del Evangelio, cuando se dio la oportunidad pidió a los huelguista del ISSS no anteponer sus intereses a las necesidades de los pacientes, pidió mejorar las condiciones de vida en las cárceles y expresó su oposición a la minería aurífera en el país. ¿Por qué?

La preocupación por los demás y por el bienestar de todos, forma parte esencialísima del Evangelio. Entonces, si hay unos pacientes que no están recibiendo la atención necesaria, es lógico que se clame para que les den lo que tienen derecho a recibir. Es lógico, por ejemplo, que si los encarcelados están en una situación inferior a lo que la dignidad humana exige, se señale. Porque eso es evangélico. Porque el Evangelio no es solo la historia de Cristo, sino la predicación de Cristo, los conceptos de la predicación de Cristo: "Ámense los unos a los otros como yo os he amado". Por lo tanto es lógico señalar a quienes necesitan más apoyo y están sufriendo la falta de respeto a la dignidad de la persona humana, que aunque esté en un hospital o esté en una cárcel.
Respecto a la minería, se trata de evitar la contaminación de las aguas subterráneas de la zona norte del país que tiene en consecuencia la contaminación de todo el país. Esta no fue una acción mía sino un comunicado de la conferencia episcopal de El Salvador.

EDH: ¿Qué le respondería a quienes piensan que la Iglesia está equivocada al no consentir el uso de anticonceptivos?

Que hace falta tener mucho respeto a la vida conyugal. La vida conyugal es santa si se vive con amor de Dios. Cuando hay unas circunstancias especiales que aconsejan el distanciamiento de los nacimientos hay procedimientos naturales de regulación de la maternidad. Y eso está permitido por la moral y la Iglesia. Pero si solamente se busca el placer sexual, puede ser con el cónyuge o fuera del matrimonio, entonces es una finalidad egoísta. El verdadero amor lleva al respeto del cónyuge. Y, desde luego, hay métodos naturales que permiten salir al frente de dificultades o problemas que pueda haber respecto al número de hijos.

EDH: Cuando se distribuyó el manual "De adolescentes para adolescentes" lo criticó. Finalmente, se hizo un nuevo texto que cuenta con su visto bueno. ¿Cuál fue el aporte de la Iglesia en este nuevo texto de educación sexual?

"De adolescentes para adolescentes" era un manual verdaderamente corruptor de las costumbres. En las últimas páginas, hablaba de los "derechos sexuales" como los más humanos de los derechos humanos. Decía que cualquier persona tiene derecho a tener relaciones sexuales con cualquier otra persona sin importar el grado de vinculación familiar que tenga, en cualquier momento y en cualquier sitio.

Cuando vinieron cuatro ministros a visitarme para preguntarme por qué me oponía a ese manual, les dije: "¿Es que ustedes no lo han leído? Lean lo que aquí dice". Ellos se fueron convencidos que era verdaderamente repugnante.

La Iglesia Católica, a través de la Universidad Católica de Occidente, lleva casi 20 años dando cursos de capacitación para maestros en valores morales y cívicos. Y dentro del programa de estos cursos se incluye la educación sexual de acuerdo con la dignidad de la naturaleza humana.
La última publicación que ha hecho el Ministerio de Educación contó con la colaboración de la Universidad Católica de Occidente... Es muy importante dar formación moral a todos los muchachos. Pero moral no significa rezar ni cosas religiosas sino el desenvolvimiento correcto del comportamiento humano.

EDH: Algunos piensan que países como El Salvador no saldrán del subdesarrollo mientras la Iglesia Católica influya en la política

A ver. La Iglesia no interviene en política. Cuando expone principios básicos de la moral, del comportamiento humano y de los valores familiares, está desarrollando lo más rico y lo más valioso que tiene la vida social del país. Lo que supone una degradación espantosa en la vida social es la propagación de los vicios y de las conductas antinaturales.

sábado, 7 de febrero de 2009

Un blog al servicio de la iglesia salvadoreña



Estimados amigos y amigas:

Estamos iniciando la experiencia de este blog sobre cuestiones del clero salvadoreño, el objetivo es el de mantenernos informados en modo amplio -en el país y fuera de él- sobre las distintas actividades que se realizan en las diversas diócesis de El Salvador y en sus diversas instituciones y movimientos de apostolado.

No se trata de un "sitio oficial" del clero, sino de una iniciativa particular, que nace de la necesidad de estar informados y, en lo que se pueda, también formados.

Sabemos que existen diversos blogs religiosos, por lo general se trata de blogs personales de sacerdotes y organismos eclesiales, lo cual es una iniciativa digna de admiración y con los cuales esperamos integrarnos. Este blog se suma a esas iniciativas, pero no de modo personalizado, sino abierto a todas las propuestas de la vida eclesial y social de nuestro país.

Poco a poco iremos complementando el cuadro de esta iniciativa.

Esperamos vuestra participación.

Un saludo de paz y justicia.

Los administradores.