jueves, 7 de diciembre de 2017

FABIO COLINDRES, EL "OBISPO DE LA TREGUA", ES TRASLADADO A SAN MIGUEL



El Papa Francisco ha nombrado a Monseñor Fabio Colindres como obispo de la Diócesis de San Miguel, en la zona oriental de El Salvador. Monseñor Colindres hasta la fecha ha sido el Obispo de la Diócesis castrense. La Diócesis de  San Miguel, desde el nombramiento de Monseñor Miguel Morán como obispo de Santa Ana, ha sido administrada por el Pbro. Emilio Rivas.
Pbro. Emilio Rivas


Monseñor Colindres es originario de Ilobasco (Cabañas) y fue ordenado sacerdote el 6 de abril de 1987, por la Diócesis de San Vicente. Fue nombrado Administrador Apostólico del Ordinariato Militar, el 12 de noviembre del 2003. Fue ordenado obispo de los militares el 29 de marzo del 2008. Siendo obispo de los militares, administró la diócesis de Sonsonate, desde el 8 de octubre del 2011 al 4 de agosto del 2012, cuando fue nombrado como obispo de esa Diócesis Monseñor Constantino Barrera, también sacerdote del presbiterio de la Diócesis de San Vicente. Este 7 de diciembre fue publicado oficialmente el nombramiento de Monseñor Colindres como obispo de la Diócesis de San Miguel.

Mons. Joaquín Ramos

A Monseñor Colindres nunca le escuchamos que estuviera interesado en aclarar el asesinado de su predecesor en el Ordinariato Militar, Mons. Joaquín Ramos, asesinado el 25 de junio de 1993, mientras era presidente de El Salvador, Alfredo  Cristiani, mismo que está implicado en el asesinado de los jesuitas de la UCA. Hasta la fecha, el asesinato de Monseñor Joaquín Ramos no se ha investigado y no se conocen los responsables.

Monseñor Colindres ejerció muy poco su ministerio sacerdotal en su Diócesis de origen (San Vicente), en cambio ha sido destacada su labor en los círculos católicos de San Salvador, de las clases medias y acomodadas preponderantemente.

Monseñor Colindres es también muy conocido por su participación en "tregua" entre pandillas. Ha sido llamado a declarar en los tribunales por este caso, ya que la fiscalía  investiga a los implicados. Este caso ha generado diferencias de opinión en la Conferencia Episcopal de El Salvador, presidida por el Arzobispo Escobar Alas. El nombramiento de Fabio Colindres podría responder a la necesidad de sacarlo de la Capital para minimizar la presión mediática que pesa sobre al institución católica, por su implicación en la "tregua". A Monseñor Colindres se le estaría aplicando aquello que se dice en la jerga eclesiástica: PROMOVEATUR UT AMOVEATUR, es decir, "PROMUÉVASELE PARA REMOVERLO".

Lea también: MONS. FABIO COLINDRES, SALPICADO POR LA TREGUA.

martes, 23 de mayo de 2017

ROSA CHÁVEZ, DE AUXILIAR A CARDENAL




Nadie se esperaba que el Papa Francisco nombrara cardenal a Mons. Gregorio Rosa Chávez. Por diversas razones.

En primer lugar, porque la fecha de su retiro como obispo era inminente. La fecha canónica prevista era el 3 de septiembre de 2017. En segundo lugar, nunca se había visto que hicieran cardenal a un obispo auxiliar. Es la primera vez. En tercer lugar, porque el grado de marginación al que había sido sometido Mons. Rosa Chávez parecía insuperable.

El contexto del nombramiento coincide con el segundo aniversario de la beatificación de Mons. Romero y en las lecturas del domingo en que se conoció la noticia se leyó en la segunda lectura de la misa la frase: «aquello mismo que os echen en cara, sirva de confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en Cristo. Pues más vale padecer por obrar el bien, si esa es la voluntad de Dios, que por obrar el mal» (1 Pedro, 3:16-17).

Efectivamente, Mons. Gregorio Rosa Chávez pasaría a ser obispo emérito el 3 de septiembre del año en curso. Lo cual quiere decir que el Papa tuvo que analizar detalladamente el expediente de vida de Mons. Rosa Chávez y calcular los tiempos de su nombramiento como cardenal.

La figura del nuevo cardenal está estrechamente relacionada con Mons. Romero. En su diario el beato se refiere a Mons. Rosa Chávez como su «amigo». Sin duda, Mons. Rosa Chávez es testigo privilegiado del ministerio de Mons. Romero.
Cuando Mons. Rivera Damas terminó su gestión como arzobispo, todos esperaban ―excepto sus detractores naturalmente―que Mons. Rosa Chávez fuera electo como arzobispo de San Salvador. Ello no sucedió y así fue nombrado Mons. Sáenz Lacalle, de la Prelatura personal del Opus Dei, y posteriormente Mons. Luis Escobar, de la Diócesis de San Vicente. El tiempo pasaba y Mons. Rosa Chávez estuvo en segundo plano, al punto de trasladarse ― ¿o ser trasladado? ― a una parroquia para ejercer su ministerio pastoral en modo ordinario, como tantos párrocos de San Salvador. Se nombraban obispos para diversas diócesis ― Zacatecoluca, San Vicente, Santa Ana, Chalatenango ― y nunca los obispos lograron ponerse de acuerdo para darle una diócesis.  La marginación de Mons. Rosa Chávez por parte de la jerarquía de la Iglesia Católica salvadoreña era evidente.

Cuando parecía que su ministerio sacerdotal declinaba, por causa del peso de los años, sucedió que nos despertamos con la noticia de su nombramiento como cardenal. Algo que no se podía creer. Así, el que siempre estuvo en segunda fila, ahora es el máximo exponente de la Iglesia Católica Salvadoreña.

He aquí algunas consecuencias de su nombramiento:

1.      Por primera vez un salvadoreño podría ser elegido Pontífice de la Iglesia Católica. En todo caso, puede participar en la elección del Pontífice.
2.      El nuevo cardenal se entiende directamente con el Papa, quien haciendo uso de su potestad, escoge a sus hombres de confianza para gobernar la Iglesia.
3.      De ahora en adelante se le llamará «su eminencia» y no solo «su excelencia», para dejar clara la distinción de trato que se da entre un obispo y un cardenal.
4.      El cardenal puede referirse a temas de interés nacional e internacional sin tener que consultar a ningún superior, ateniéndose simplemente a la prudencia eclesial que exige su cargo.
5.      Conocerá de los temas políticos nacionales e internacionales y puede asesorar al Pontífice, si este último así lo requiere.
6.      Ahora los católicos salvadoreños tienen un referente a quién exponer sus inquietudes como fieles de la Iglesia.

Los detractores de Mons. Rosa Chávez, como es su costumbre, recurrieron a acusarlo de sostener ideas marxistas o comunistas para bloquear su carrera eclesiástica. ¡Casi lo logran! Pero en los designios de Dios el «casi» no existe. En su nombramiento han sido reivindicados muchos sacerdotes, que por la misma acusación, no han sido promovidos para ser obispos.

De este modo, El Salvador cuenta con su primer cardenal, quedando a la vista de la opinión pública la bondad de Dios y la mezquindad de aquellos que cerraron sus ojos a la verdad.

Se abre una puerta nueva en la historia de la Iglesia salvadoreña. Muchos han querido y ahora con mayor razón, querrán entrar por ella. De momento, Roma ha hablado, la cuestión ha sido zanjada.