lunes, 27 de enero de 2014

COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE EL SALVADOR ANTE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES



Aprendan de mí que no he venido a ser servido sino a servir
(cfr. Mt 20, 28)



Estimados hermanos y hermanas en Cristo Jesús:

Dentro de pocos días en nuestro país tendremos la oportunidad de expresar nuestra voluntad al emitir el voto para elegir al próximo Presidente y Vicepresidente de El Salvador. En la visión cristiana, quienes están investidos de autoridad están llamados a servir al pueblo, sin excluir a nadie, pero dando atención preferencial al más débil y vulnerable. Porque, como subraya el Papa Francisco, “la política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común” (El gozo del Evangelio, n. 205). Nos unimos a la oración del Santo Padre cuando afirma: “ruego al Señor que nos regale políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres” (Ibid).

En este espíritu, los Obispos de la Provincia Eclesiástica de El Salvador, en el marco de las próximas elecciones presidenciales, aprovechamos la ocasión para compartir con ustedes las siguientes reflexiones:

1. Votar es un derecho ciudadano, pero es también un deber. Por tal motivo, les instamos a acudir libremente a las urnas para ejercer el sufragio y elegir al Presidente y Vicepresidente de nuestro país (cfr. Constitución de la República, Art. 72, 1 y Art. 73, 1). Abstenerse de acudir a las urnas sin tener para ello motivos que realmente lo justifiquen, sería una grave irresponsabilidad ciudadana.

2. Las autoridades responsables del desarrollo del proceso electoral deben generar un ambiente donde prevalezca la confianza y la transparencia en el proceso, el orden y la seguridad, para que los ciudadanos acudan sin temor ni coacción a los centros de votación a ejercer el sufragio.

3. A la hora de ejercer nuestro deber ciudadano de votar, debemos tomar en cuenta, entre otros, los siguientes criterios: que las autoridades aseguren el Estado de Derecho, el sistema democrático, el respeto a la Constitución, la defensa de la vida y de la dignidad humana, la promoción de la familia como base de la sociedad y el matrimonio como fundamento de la familia (cfr. Art. 32 de la Constitución), el desarrollo integral del ser humano, la seguridad ciudadana, y que con sabiduría y firmeza afronten la violencia fratricida, que tantas vidas ha cobrado en nuestro país.

4. En este momento, son muy oportunas las sabias palabras del Papa Francisco, quien exhorta a los políticos y gobernantes a “que entren en auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo… Y que los gobernantes levanten su mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos” (El gozo del Evangelio, n. 205).

5. Invitamos a todos los salvadoreños a elevar fervientes oraciones a Dios nuestro Señor, para que nos conceda el discernimiento y el sentido de responsabilidad ciudadana al ejercer el sufragio, a fin de que el resultado sea la elección de los gobernantes que mejor conduzcan a nuestra nación por los caminos de la paz y la fraternidad.

Dado en la sede de la Conferencia Episcopal de El Salvador, el día 23 de enero de 2014.

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