lunes, 9 de noviembre de 2009

Carta abierta a los Obispos de El Salvador: Por el sacerdote Enrique Gloden

A los Señores Obispos
de la Conferencia Episcopal de El Salvador

San Salvador, 18 de octubre de 2009.

Estimados Señores Obispos:

¡Que Dios nuestro Señor siga colmando de sus más abundantes bendiciones a Ustedes y a los feligreses de sus respectivas diócesis!
Hace pocos días los medios de comunicación social nos han informado que la cifra de asesinatos en el país ha aumentado a 16 en promedio por día. Son pecados que gritan al cielo, y desafían.
El Señor de la vida nos pedirá cuentas claras, si no levantamos la voz a tiempo (estamos a lo mejor ya tarde) como Iglesia. Nuestra salvación podría estar cuestionada por callar ante tan graves pecados, pecados contra la vida de tantos bautizados, hijos de Dios, nuestro Padre.
La Iglesia a través de la Conferencia Episcopal de El Salvador no debe callar, debe hablar, defender la vida y dar palabras de aliento. Todos estamos expuestos a perder la vida.
Preguntémonos qué diría Jesús ante tanta violencia.
Estamos obligados desde todo punto de vista a proclamar la vida, a defenderla a ultranza.
Que Dios no nos pregunte: "Caín ¿qué has hecho de tu hermano Abel?
Callar, no decir nada desde la Palabra de Dios nos vuelve cómplices.
Es cierto que toda labor de la Iglesia -desde la de Ustedes hasta la de los seglares- es aunque sea indirectamente prevención o disminución de la criminalidad. Gracias a Dios y a la colaboración de tantos bautizados.
Pero de ningún modo basta. Tendría que darse un trabajo explícito, exhaustivo, organizado frente a la criminalidad en general y a la matanza de tantas personas en particular. Probablemente se hacen algunos esfuerzos de parte de la Iglesia. Pero no son conocidos.
¿Dónde hay planes de la Conferencia Episcopal, de las diócesis, de la parroquia y de las otras instituciones de la Iglesia, e integrados explícitamente en los planes de pastoral de conjunto y esto con su debida relevancia? Normalmente brillan escandalosamente por su ausencia.
Concretizando: la pastoral de los jóvenes abarca un porcentaje muy pequeño de los jóvenes salvadoreños.
¿Dónde queda una pastoral con las maras? Es significativo que el CD "La Vida Loca" muestra únicamente la presencia de predicadores protestantes. ¿Dónde quedamos los católicos? ¿Por qué no hay una pastoral de pandillas? Esta ausencia de nuestra Iglesia en este sector tan vulnerable y vulnerado de la población no tiene nombre.
Algunas pistas de acción:
  • Un testimonio mucho mayor de la vivencia de nuestra fe;
  • una campaña fuerte, sistemática y efectiva de oración profunda al respecto;
  • una evangelización más generalizada;
  • una concientización mayor de todos los implicados en la educación de jóvenes;
  • un fortalecimiento serio, no tibio de las familias;
  • el fomento de la santidad, de una santidad enraizada en la realidad de la vida, tarea utópica, pero a la vez imperante;
  • la promoción del respeto a la vida y la dignidad humana;
  • una verdadera y generalizada mística de la inhabitación trinitaria en los bautizados, con los dos pies en la tierra;
  • una capacitación para un enfoque integral de los problemas de una convivencia cristiana;
  • la colaboración con todos los sectores de la sociedad que tienen incidencias en esta problemática;
  • encargar a uno de los organismos de las diócesis para monitorear esfuerzos, ó crear un organismo ad hoc, efectivo.

Con un saludo muy respetuoso en Cristo Sacerdote

Padre Enrique Gloden

E-mail: glodensch@yahoo.com

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