domingo, 15 de marzo de 2009

Materiales para pequeñas comunidades: Tercer Domingo de Cuaresma


P. Marco Tulio López

TIEMPO DE PURIFICACION INTERIOR


Canto y Oración de Apertura:
“Señor, al reflexionar sobre tu Palabra que escucharemos este domingo, ayúdanos a tomar de corazón tu mensaje: para vivir por tus Mandamientos, no estar avergonzados al proclamar a Cristo crucificado y para ser reverentes a la presencia de tu Hijo en medio de nosotros, especialmente en la Eucaristía. Te lo pedimos en el nombre del mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén”.

Comentario a la Palabra de Dios:
La primera lectura nos presenta los Diez Mandamientos, nos invitan a vivir según una ley justa que reconoce nuestra dependencia de Dios y los derechos de los demás. El evangelio presenta un Jesús, al parecer duro. En el templo, Jesús dá latigazos contra el egoísmo y la avaricia, hace énfasis en Dios y en las cosas de Dios y se revela a sí mismo como el verdadero Templo. Jesús fue duro con quienes insistían en la letra de la Ley pero no vivían de acuerdo a su significado. Nuestra esperanza de salvación se fundamenta no en el seguimiento obstinado de la ley (autosuficiencia) o en la posesión de cosas materiales (avaricia), sino en la resurrección de Cristo.

PRIMERA PARTE: LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
El pasaje del Antiguo Testamento del segundo libro de la Biblia, nos narra el muy conocido acontecimiento de Moisés recibiendo los Diez Mandamientos de la Ley de Dios. El hecho sucedió en el monte Sinaí, en el desierto, durante la partida de los israelitas de Egipto a la tierra prometida.

“Los diez Mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios y los otros siete más al amor del prójimo” (Catecismo de la Iglesia Catolica, n. 2067). Por eso, ellos son el medio más perfecto para cualquier cristiano/a que desee acomodar su vida a la voluntad de Dios, y también el único medio para transformar el mundo en el que vivimos. La Iglesia nos enseña que, “no habrá un continente nuevo sin hombres nuevos, que a la luz del Evangelio sepan ser verdaderamente libres y responsables” (Medellín, 1,3). Pero, esos hombres y mujeres nuevos, sólo comienzan a existir en la medida en que cada persona somete toda su vida a los Mandamientos de Dios. De lo contrario, eso es imposible.

El problema para nosotros cristianos es que creemos en Dios, pero no nos gusta obedecer sus Mandamientos. Y como consecuencia de esta desobediencia tenemos todos los problemas que vivimos y vemos a nuestro alrededor, pues al no obedecer las Leyes de Dios, desobedecemos también todas las leyes humanas buenas que favorecen una existencia digna para todos los seres humanos sobre este mundo.

La Biblia cuenta que cuando el rey David estaba a punto de morir, dijo a su hijo Salomón: “Guarda las observancias de Yahveh tu Dios, yendo por su camino, observando sus preceptos, sus ordenes, sus sentencias y sus instrucciones, según está escrito en la Ley de Moisés, para que tengas éxito en cuanto hagas y emprendas” (1 Rey 2, 3). “No prosperarás si no cuidas de cumplir los decretos y las normas que Yahveh ha prescrito a Moisés para Israel” (1 Cron 22, 13). Hermanos y hermanas, es necesario entender que nuestra felicidad o infelicidad es una consecuencia de nuestra obediencia o desobediencia a los Mandamientos de Dios.


SEGUNDA PARTE: CUARESMA, ES TIEMPO DE PURIFICAR NUESTRA VIDA
Para los judíos piadosos del tiempo de Jesús, el templo de Jerusalén era el lugar sagrado. El templo era el centro de peregrinaciones, un lugar en el que se ofrecían sacrificios rituales y oraciones y, todo aquello era normal. Los animales puestos a la venta dentro del área del templo eran con la intención de sacrificarse, y los vendedores estaban presentes para que el dinero romano se puediera cambiar a la moneda local para la paga del impuesto del templo. Aunque en sí mismo aquello no era malo, la práctica distraía del fin sagrado y ambiente del templo.

¿Por qué se molesta Jesús con lo que ve en el templo, si sus padres “cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor?” (Lc 2,22-24). Jesús se molesto porque la fe y la devoción en Dios se habían convertido en aquel tiempo en un asunto de puro compromiso, costumbre y conveniencia. Por eso “hace un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado”.

Hermanos y hermanas, la Cuaresma es un tiempo especial de purificación, y todos necesitamos purificarnos pues, “cada uno ha cometido sus propias sinverguenzadas y queremos hecharle al otro la culpa y ocultar las nuestras” (Mons. Romero, Homilía 23 de marzo de 1980). En todas partes abundan los cristianos hipócritas que viven señalando el pecado de los demas, los pecados y deficiencias de la propia Iglesia, pero lo que estos no entienden es que, “sólo si me ocupo prioritariamente de mi propia conversión, aumentará la esperanza de que las cosas avancen. Vale más la pena buscar la reforma de mi corazón que la del mundo o la Iglesia: será más fecundo para todos” (Jacques Philippe, La Libertad Interior, p. 81).

“El humo de Satanás se ha filtrado en la Iglesia”, dijo el Papa Pablo VI; y nosotros podemos decir que el humo de Satanás se ha filtrado en nuestras familias, en la política de nuestro país, y en la sociedad en general. Y esto no debería de asustar a nadie, sino más bien hacernos entender que necesitamos desintoxicarnos interiormente para poder contribuir efectivamente a la renovación del mundo.

Para dialogar:
-¿Qué podemos hacer para vivir nosotros, y nuestra familia de acuerdo a las enseñanzas de los Diez Mandamientos?
-¿Qué cosas tengo yo que purificar en mi vida durante este tiempo de Cuaresma?

Canto y Oración final:
“Señor, Tú tienes palabras de vida eterna. Señor, ayúdanos a enfocarnos en tí y no ser consumidos por los falsos ídolos. Que siempre honremos tu nombre, usándolo con reverencia y guardando el domingo como dia sagrado. Deseamos honrar nuestras relaciones familiares y compromisos. Ayúdanos a respetar la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Guíanos para respetar la verdad y la propiedad y buen nombre de los demas. Amen

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