Cuatro papas juntos en una ceremonia, algo nunca visto en la historia de la
Iglesia Católica: dos que van a ser canonizados y dos al frente dirigiendo la
canonización.
Ni los escándalos
vaticanos del derroche de lujo, como el
de Tarcicio Bertone, excretario de Estado de Benedicto XVI han podido opacar la
magnificencia del evento a celebrarse el próximo 27 de abril de 2014 en la
plaza San Pedro.
Dos gigantes del siglo
XX, si bien en modo diverso.
Juan XXIII el Papa bueno, organizador del Concilio Vaticano II y muy estimado por el
mundo católico progresista y por círculos del mundo secular. Nadie había
querido asumir ese nombre “Juan XXIII”, dado que siglos antes ya se lo había
adjudicado un antipapa. El concilio de Constanza (1414-1418) puso fin al cisma
de los tres Papas: a Gregorio XII (1406-1415) lo obligaron a renunciara el 4 de
julio de 1415; en cambio Juan XXIII y Benedicto fueron depuestos. Angelo
Roncalli asume ese nombre de nuevo, esta vez con mucho mérito, no como antipapa.
Juan
Pablo II, un Papa que sacó al Vaticano en peregrinación por el
mundo y muy estimado por los jóvenes, por su apoyo a las Jornadas Mundiales de
la Juventud. Se calcula que en su beatificación, en mayo del 2011, asistieron
dos millones de personas. Asume el nombre de Juan Pablo II, dado que su antecesor,
Albino Luciani (Juan Pablo I) duró como Papa solamente 33 días.
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